El siglo XX en la Sierra de Santa Marta
En 1906 Pearson había obtenido autorización del gobierno mexicano para explotar fuentes de petróleo y con un contrato de cincuenta años para explotar el ferrocarril y los puertos. Los vínculos entre el gobierno de Porfirio Díaz y la compañía Pearson eran evidentes. (Velásquez 2003). Como se anotó, previamente Romero Rubio se había hecho propietario de 149,904 hectáreas aledañas a la zona de construcción del ferrocarril, en tanto que el Secretario de Hacienda José Yves Limantour obtuvo 50,000 hectáreas en la región. Las expropiaciones que se habrían hecho al amparo de la ley de desamortización y habrían afectado principalmente tierras indígenas (Velásquez: 2003: 37). El proceso de despojo de las tierras comunales de Soteapan[1] sería un elemento más para abonar los movimientos armados que se producirían en 1906 y en 1912 encabezados por Hilario C. Salas[2], quien mantuvo su cuartel general bajo protección y apoyo de los popolucas de Ocotal Grande, Soteapan.
En la década de los veinte, un nuevo levantamiento armado encabezado por el general Miguel Alemán González que luchaba contra el derrocamiento de Carranza como presidente (por parte de Calles y Obregón a través del Plan de Agua Prieta), impidió la pacificación de la sierra y generó migraciones internas de población que huía de las represalias obregonistas y callistas. De modo que la figura de Alemán significó también conflictos entre los revolucionarios locales y una continuidad de inestabilidad de difícil resolución. Una vez pasado el periodo revolucionario, en 1931, los popolucas solicitaron la restitución de sus tierras comunales. Los nahuas, por su parte iniciarían sus trámites solicitando la dotación de ejidos en 1935. La primera comunidad nahua en solicitar la dotación ejidal fue Tatahuicapan. La consecuencia de este proceso fue la desarticulación de los antiguos territorios comunales.
Reforma Agraria, nuevas instituciones y cambios en la sierra de Santa Marta
La solicitud diferenciada de restitución o dotación entre popolucas y nahuas (y al interior de cada grupo étnico) generó tensiones por territorios y por representación en los nuevos espacios políticos. La reforma agraria y la ‘incorporación’ de la sierra a la institucionalidad post-revolucionaria, generó cambios profundos en las formas de vida de los pobladores serranos. Entre los más importantes están: conversión de la propiedad de la tierra de comunal en ejidal; pérdida de la diversidad de ecosistemas para producir debido a los límites impuestos por los territorios ejidales; cambios en las formas de representación política y social al sustituirse el Carnaval de los popolucas y la Asamblea comunitaria de los nahuas para elegir “Alcaldes” por procesos electorales político-partidarios.
Si bien la nueva institucionalidad acercó ciertos servicios e información a la sierra de Santa Marta, las condiciones de pobreza se han mantenido sin cambios hasta el presente. Por otra parte la introducción de la ganadería y los insumos químicos de la “Revolución Verde”, si bien mostraron en el inicio un incremento de productividad, ésta duró poco tiempo para retroceder hasta niveles muy por debajo de los existentes con las formas tradicionales del cultivo. Así, de un rendimiento obtenido bajo el sistema de Roza-Tumba-Quema (RTQ) de tres toneladas de maíz por hectárea en promedio, actualmente se obtienen entre 700 kilos y una tonelada. Del mismo modo el sistema RTQ, diseñado a lo largo de los siglos para formas de organización y tenencia de la tierra específicas, contribuía a los procesos de renovación de bosques y selvas, pero bajo las nuevas formas de tenencia de la tierra y de producción se convirtió en una amenaza para los ecosistemas locales.
Entre las prácticas erosionadas se encuentra el de la mano vuelta, forma de cooperación y reciprocidad usada para realizar tareas en donde la fuerza de trabajo de la familia no es suficiente. La ausencia de trabajo asalariado generó esta forma de organización en donde la familia beneficiada convocaba a parientes y amigos a ayudar a cambio de: tres comidas el día en el que se realizan las actividades y, el compromiso de ayudar a quien ayudó cuando éste convoque. Principalmente la mano-vuelta se usaba para la limpia de parcelas antes de la siembra de maíz y para la construcción y/o techado (o re-techado) de viviendas. Otras formas de solidaridad se expresaban en el apoyo para la realización de fiestas (bautizos, bodas, etc.) en donde quienes convocaban llevaban control de lo que cada persona había aportado a fin de devolver el favor de la manera más equitativa posible.
En los años sesenta se formalizaron las dotaciones ejidales a través de la entrega de las resoluciones presidenciales (treinta años después de iniciada la gestión). También se introdujeron masivamente los agroquímicos y se inició el crecimiento de la industria petrolera en las ciudades cercanas. Durante los setenta y los ochenta, la industria petrolera demandó fuerza de trabajo que fue aportada por los indígenas popolucas y nahuas de la sierra de Santa Marta (y por campesinos de toda la región de los Tuxtlas y áreas cercanas de Tabasco). En esa década también se apoyó masivamente a la ganadería (mediante la creación de fideicomisos y el otorgamiento de créditos) y se aplicó la ley de tierras ociosas que requisaba a los ejidatarios las parcelas que no estaban en producción, lo que generó un derribo masivo de selvas y bosques en la región. Los setenta es también la época de la deforestación institucionalizada a través de la Comisión Nacional de Desmontes operando el Programa Nacional de Desmontes que entre 1973 y 1982 programó el derribo de más de 24 millones de hectáreas forestales en el país para incorporar esa tierra a la ganadería y la agricultura (Niembro: 2001: 4).
Referencias
[1]Menciona Velásquez que en el proceso de la tramitación que el Ayuntamiento de Soteapan había realizado desde 1896 para el deslinde de sus terrenos comunales, sin haber sido mencionados a un tal Sr. Macedo o al Lic Romero Rubio, estos aparecían súbitamente reclamando parte del territorio que Soteapan consideraba suyo y que estaba dispuesto a seguir compartiendo con Mecayapan.
[2]Delgado Calderón. 2009. ¨Espacios y luchas revolucionarias en el Sotavento veracruzano¨ en: El Istmo Veracruzano: una región inasequible. Estado, poderes locales y dinámicas espaciales (Siglos XVI-XXI) y Acayucan: tierra sublevada. La rebelión indígena de 1787, documento 4
Velásquez, E. (2003) La fragmentación de un territorio comunal. Tierra y tradición selectiva entre popolucas y nahuas de Soteapan y Mecayapan, Ver. El Colegio de Michoacán, A.C. Tesis de doctorado.
Imágenes (en orden de aparición):
Bloom, F. y La Farge, O. Tribus y templos, reedición INI, 1986
Foster, G.M.(1940) ¨Notes on the popolucas of Veracruz¨. Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Nº 51.
Pacheco Mamone, A ( 2013) Un acercamiento a las visiones de mundo en comunidades popolucas de la Sierra de Santa Martha, Veracruz. Entidades sobrenaturales y ¨efectos de realidad¨; sujeto de la enunciación de la figura mítica Payi Wüyi.¨ El Colegio de Michoacán, A.C., Tesis de doctorado.
Campesino de la sierra de Santa Marta limpiando su cultivo con ‘chauaste’. Fuente: Foster, G.M.(1940) ¨Notes on the popolucas of Veracruz¨. Instituto Panamericano de Geografía e Historia.Nº 51.
Hombres construyendo una casa en una actividad de mano-vuelta. Década de los treinta. Fuente: Foster G.M.(1940) ¨Notes on the popolucas of Veracruz¨. Instituto Panamericano de Geografía e Historia.Nº 51.
Pacheco Mamone, A ( 2013) Un acercamiento a las visiones de mundo en comunidades popolucas de la Sierra de Santa Martha, Veracruz. Entidades sobrenaturales y ¨efectos de realidad¨; sujeto de la enunciación de la figura mítica Payi Wüyi.¨ El Colegio de Michoacán, A.C. Tesis de doctorado
Los territoros de las entidades
Las selvas y bosques de la sierra de Santa Marta están poblados por entidades que aparecen en los arroyos y lagos, las cuevas, las cascadas, los caminos, la milpa… sólo pueden percibir su existencia aquellos para quienes esas entidades son parte del mundo.